cuando las estrellas acarician mi conciencia
y dejándome llevar por la peripecia
de las palabras que vienen y van
recuesto mis dolores en el lento movimiento del firmamento
tan parecido al que vio Lucy
Hoy sé que alguien le acarició el pelo
y su piel con el color y la vellosidad del bosque
se erizó con la briza de la sabana
hace más de tres millones de años.
Se
trata del esqueleto de una hembra de alrededor de 1 metro de altura, de
aproximadamente 27 kg de peso (en vida), de unos 20 años de edad (las
muelas del juicio estaban recién salidas) y que al parecer tuvo hijos,
aunque no se sabe cuántos. Dotada de un cráneo pequeño, Lucy andaba sobre sus miembros posteriores, signo
formal de una evolución hacia la hominización. La capacidad bípeda de
Lucy puede deducirse de la forma de su pelvis, así como también de la
articulación de la rodilla.
El nombre Lucy proviene de la canción «Lucy in the sky with diamonds» del grupo The Beatles, que escuchaban los miembros del grupo investigador la noche posterior al hallazgo.
Hasta
1977, la comunidad científica no tomó en consideración el hallazgo de
Johanson y su equipo del International Afar Research Expedition. La
revista Kirtlandia aceptó publicar el descubrimiento del nuevo homínido,
al que sus autores asignaron el nombre científico de Australopithecus
afarensis.3